Miembros de Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos analizan su estado de conservación.

La Basílica Nuestra Señora del Pilar es la segunda iglesia más antigua de Buenos Aires. Fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1942 y su construcción se realizó para albergar a los Franciscanos Recoletos. El complejo fue creciendo a lo largo del siglo XVIII hasta completar un hermoso conjunto edilicio que sobresalía en la parte alta de la barranca, rodeada de quintas y de los ranchos de pescadores que se encontraban en el Bajo.

“Es importante asegurar el mejor futuro para tan preciado monumento. Si bien, el conjunto eclesiástico se halla en relativo buen estado de conservación, existen algunas intervenciones desafortunadas, tanto actuales como anteriores, que pueden generar problemas en la lectura de este testimonio tan valioso de nuestra historia, así como sobrecargas innecesarias en algunas cubiertas. Esto último respondió a malas decisiones de proyectos de hace más de 40 años, que debemos estudiar y tratar de revertir o evitar su posible impacto negativo” , explicó Eduardo de Bianchetti, integrante del Área Técnica de la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y Bienes Históricos.

El arquitecto destacó que en su interior descubrió un equipamiento litúrgico de líneas barrocas y rococó, así como una mesa del altar de plata altoperuana. En cuanto a las imágenes religiosas, afirmó que “son de excelente factura y mucha antigüedad, siendo muy significativa la de San Pedro de Alcántara. También el reloj esférico, de origen inglés, que corona la espadaña conserva su maquinaria original y sigue en funcionamiento”.