Tras la pandemia, el interés de los viajeros por retomar su actividad turística ha sido evidente, por lo que se ha preparado a los destinos para responder a la alta demanda y las nuevas condiciones de los viajes. Sin embargo, algunos lugares se han visto afectados por el mal manejo de su carga turística.

“La industria de los viajes no es una actividad inocua para los atractivos turísticos donde se desarrolla. Nuestras acciones están enfocadas en la recuperación y fortalecimiento del sector, pero un crecimiento masivo y carente de control podría traer daños irreparables para nuestros destinos, por lo que es imprescindible que las autoridades competentes regionales y nacionales realicen una sensata regulación sobre el máximo nivel de personas que estos espacios puede soportar para evitar que se perjudique el recurso ambiental”, afirmó Paula Cortés Calle, presidente ejecutiva de ANATO.

Y agregó: “El compromiso es de todos. El turismo es una oportunidad para la conservación de nuestros principales atractivos y para ello debemos ser conscientes acerca del proceso de preservación de los mismos, evaluar factores económicos, ecológicos, culturales y sociales. Partiendo de ello, conoceremos cuáles deben ser las condiciones adecuadas de cada zona”.

Actualmente, Colombia es uno de los pocos países que cuentan con una Política de Turismo Sostenible y basada en ella se busca articular a todos los actores del sector en torno al objetivo de desarrollar un turismo sostenible en Colombia, para hacer que el viajero viva una experiencia inolvidable en un país con una amplia oferta de biodiversidad, paisajes, geografía y recursos naturales únicos de manera responsable.

“El turismo es una oportunidad para los destinos y las comunidades. Por ello el llamado es también para ellas, para que trabajen en pro de la conservación de su capital natural”, concluyó.