La Filial La Pampa de FEHGRA pide: “Que nos dejen trabajar en serio o nos ayuden a sobrevivir económicamente”. Quedan en pie apenas el 40% de las plazas hoteleras que existía antes de la pandemia. Consideran innecesaria en este momento la participación de la Secretaría de Turismo provincial en Fitur, España.

A horas de comenzar la Feria Internacional de Turismo de Madrid- Fitur 2021-, a la cual viajó la Secretaria de Turismo de La Pampa, Adriana Romero, los empresarios hoteleros y gastronómicos nucleados en la Filial provincial de FEHGRA, emitieron un duro comunicado en el cual expresan la grave situación por la que atraviesa el sector, en la peor crisis de su historia.

En diálogo con Turismo 530, el presidente de la Filial, Santiago Amsé, explicó la gravedad por la que atraviesa el sector, mas de medio millar de establecimientos cerrados, algunos de manera definitiva y pueblos turísticos enteros, como Casa de Piedra, que contaba con mas de cien plazas y en la actualidad no hay lugares abiertos para alojarse. En el centro de Santa Rosa, la situación no es mejor: el histórico hotel Calfucurá, cerró sus puertas se presume de manera definitiva y el hotel Mercure, el mas moderno, lujoso y grande de la provincia también se encuentra inactivo.

«No estamos en contra de la promoción, nos parece bien, pero en este contexto con la mayoría de los hoteles cerrados y tantos establecimientos gastronómicos que la están pasando muy mal, no era necesario que La Pampa participe de esta edición de Fitur»- explicó el dirigente empresarial.

En un sentido comunicado, la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de La Pampa relata la grave situación que están atravesando los 500 establecimientos hoteleros y gastronómicos y sus 3.000 familias de empleados. Solicitan ayuda concreta a los Gobiernos. “Lo único que parece abundar, además de los contagios, es la indiferencia”, expresan.

En el marco de la profunda crisis sanitaria, económica y social ocasionada por la pandemia COVID-19, la Filial FEHGRA La Pampa comunica que el sector hotelero y gastronómico de toda la Provincia se encuentra en una situación realmente desesperante, tanto para el caso de sus más de 500 pequeños empresarios, propietarios de establecimientos, como para las aproximadamente 3.000 familias de empleados que dependen del mismo en forma directa, por las causas que reiteradas veces han fundamentado y que son de público conocimiento, fácilmente comprobables.

En el comunicado, expresan:

Los establecimientos nos estamos fundiendo uno a uno, y la ayuda parece llegar solo cuando el sector se encuentra a punto de estallar, sin notar que en esa especulación muchas familias de emprendedores y empleados se quedan realmente sin trabajo y sin ingresos, literalmente a la deriva. Los anuncios de los Gobiernos son grandes, esperanzadores y amplios, pero en la práctica se retrasan meses para instrumentarse, como si las necesidades no fueran urgentes, y no son para todos, cada medida que se anuncia como positiva al ser instrumentada deja fuera a muchos emprendedores, tal como los REPRO II cuyos parámetros de evaluación no consideran los aumentos reales de costos y salarios.

Podemos ser mucho más específicos y detallistas al informar las promesas escuchadas, los tiempos de no ejecución, el por qué muchos emprendedores terminan no siendo reales beneficiarios de las medidas que se anuncian, y el por qué lo anunciado no termina de ser real; sin embargo, nuestro interés no es generar una situación de tensión y conflicto, ya demasiado tenemos con el estrés, desesperación e impotencia que nos genera la situación real que nos afecta, solo estamos pidiendo ayuda. Que nos dejen trabajar en serio o nos ayuden a sobrevivir económicamente. Ya lo hemos explicado todo. ¿Tenemos que salir a explicar que no se puede vivir sin comer? ¿Tenemos que nombrar otra vez los establecimientos que ya quebraron?

Pedimos ayuda, ayuda no solo para nuestros empleados sino también para los propietarios que en su mayoría no tenemos otra actividad. Solo imaginen que mañana, de repente y sin aviso previo, no tienen más ingresos, y peor aún, no los dejan trabajar, aunque puedan, le reclaman el alquiler y si no lo pagan los desalojan, le reclaman el gas y si no pagan se lo cortan, son padres o madres de uno o más niños, y de su iniciativa y trabajo además dependen 6 o 7 familias más, y no olviden otro detalle: ya están totalmente endeudados.

Los invitamos a imaginar por un momento lo que estamos pasando, y sabrán así el grado de desesperación que debemos soportar en este momento. ¿Tenemos que aclarar después de más de un año de restricciones que ya nadie cuenta con ahorros para afrontar el más mínimo gasto, no solo del establecimiento, sino de nuestra vida familiar diaria? ¿Qué hay que esperar para recibir una ayuda?

Ojalá solo nos sintiéramos abandonados, pero hasta quien ha sido abandonado tiene la oportunidad real de salir a trabajar y valerse por sí mismo, nosotros no.

Esto es un desastre, y un desastre que perdurará en el tiempo y que afectará más aún a la sociedad en su conjunto. Nuestro sector aporta empleo y actividad económica porque muchas personas que trabajan, vienen de visita, o están de paso, se quedan en nuestra provincia porque al estar geográficamente en su trayectoria aportamos servicios de calidad en hotelería y gastronomía, que se diferencian por sobre los de otras provincias, ello origina carga de combustible, compras en tiendas, supermercados, comercios de artesanías, servicios de gomerías, etc., somos parte del turismo, el motor generador de movimiento económico por excelencia que desde los anuncios ya fue definido como sector crítico pero que en la práctica está abandonado, al menos en nuestra provincia, y este abandono deja a nuestra provincia sin los servicios fundamentales que captan a aquellas personas-turístas-trabajadores, y por lo tanto se corta el circuito económico que le brinda trabajo y empleo a miles de familias pampeanas.

Es un desastre y lo único que parece abundar, además de los contagios, es la indiferencia. Solo queda reunir a los empleados y explicarles lo que ya saben: que no nos queda nada por delante, seamos empleados o propietarios.

En nuestros establecimientos la gente es cuidada, y ayudamos a evitar las juntadas clandestinas. Mientras más restricción horarias existen, más juntadas clandestinas y contagios existen.

Por todo lo expuesto, necesitamos con urgencia que los Gobiernos estén a la altura del rol que les toca y cumplan con las ayudas prometidas.