“Es un hecho que desde lo institucional y político, merece serios cuestionamientos y una profunda revisión” dice el texto del proyecto de Declaración de Repudio y detalla los fundamentos por los cuales “la designación del Diputado Santos al frente de la Comisión Regional para las Américas generará un impacto sumamente negativo para el desarrollo turístico de nuestro pa ís y de toda la región”. El Proyecto será tratado en la Comisión de Relaciones Exteriores y Culto de la Cámara Alta.

La Senadora Ana María Ianni presentó una iniciativa que expresa su repudio por la designación del Diputado Nacional, Gustavo Santos, como Director Regional para las Américas por parte de la Organización Mundial de Turismo.

En los fundamentos se explica que: el 19 y 20 de mayo del corriente año se realizó en la ciudad de Punta del Este (Uruguay), la 67º reunión de la Comisión Regional de la Organización Mundial de Turismo (OMT) para las Américas y al Seminario sobre el Código Internacional para la Protección de los Turistas.

En representación del gobierno nacional y de la República Argentina como miembro efectivo estuvieron presentes la Secretaria de Promoción Turística, Yanina Martínez, y el Subsecretario de Relaciones Institucionales y Cooperación Internacional Leandro Balasini.

En esta ocasión los temas de discusión se concentraron en la incertidumbre y la falta de confianza en los viajes como una de las mayores dificultades que enfrenta el sector turístico para su reactivación,además del intercambio de conocimientos sobre los distintos marcos legales adoptados por los distintos gobiernos que amparan a los turistas afectados por emergencias.

Al margen del programa de dicho encuentro, de características tradicionalmente alineadas con los objetivos de la entidad, corresponde lamentablemente repudiar un hecho que desde lo institucional y político, merece serios cuestionamientos y una profunda revisión.

Durante el evento, sin ninguna comunicación oficial previa a través de canales diplomáticos o institucionales por parte de la OMT, los representantes oficiales se anoticiaron in situ de la elección de Gustavo Santos, diputado nacional por el partido de la oposición PRO y actual presidente de la Comisión de Turismo de dicha cámara, quien estuvo presente en la reunión especialmente invitado por la OMT,
como Director Regional para las Américas.

Una designación que, sin duda alguna fue acordada previamente y que omitió los mecanismos protocolares y diplomáticos que requeriría un nombramiento en un cargo de esta importancia en un organismo
supranacional del cual la Argentina forma parte como miembro activo.

Fue omitida la consulta de rigor a las autoridades nacionales a pesar de haber estado presentes en dicho evento y habida cuenta de la importancia que un cargo de estas características tiene para el
desarrollo turístico de nuestro país y la región.

La OMT es una organización de carácter intergubernamental especializado de Naciones Unidas cuyo objetivo principal es la promoción y el desarrollo del turismo con vistas a contribuir al desarrollo económico,la comprensión internacional, la paz la prosperidad, el respeto universal y la observancia de los derechos humanos y las libertades fundamentales para todos los países que lo integran como miembros efectivos.

Está integrada por 160 Estados Miembros, 6 Miembros Asociados y más de 500 Miembros Afiliados que representan al sector privado, a instituciones de enseñanza, a asociaciones turísticas y a autoridades locales de turismo.

Tiene seis Comisiones Regionales: África, las Américas, Asia Meridional, Asia Oriental y el Pacífico, Europa y Oriente Medio. Estas Comisiones se reúnen al menos una vez al año y están integradas por todos los Miembros Efectivos y Asociados de la región. Los Miembros Afiliados de cada región participan en las reuniones en calidad de observadores.

Creadas en 1975, como órganos subsidiarios de la Asamblea General, las seis Comisiones Regionales se reúnen normalmente una vez por año. Les permiten a los Estados Miembros mantener contacto entre ellos y con la Secretaría entre dos reuniones de la Asamblea General a las que someten propuestas y expresan sus preocupaciones. Cada Comisión elige su propia Mesa para un mandato de dos años que cubre el período entre dos reuniones de la Asamblea General.

El ex Ministro de Turismo y luego Secretario cuando el Ministerio fue degradado a secretaría por mandato del ex presidente Mauricio Macri entre 2015 y 2019 y actual Diputado Nacional Gustavo Santos fue elegido como Director Regional de la Comisión respectiva a nuestra región.

La gestión de Santos como Secretario de Turismo de la Nación podrá ser recordada como una de las peores de la historia del turismo en la República Argentina.

La recesión económica que atravesó nuestro país durante la gestión de Cambiemos impactó fuertemente en el sector turístico, el incremento del 107% en el tipo de cambio durante 2018, el exorbitante nivel de tasa de referencia, una inflación interanual de más del 50% con la consecuente pérdida de poder adquisitivo de las familias impactaron fuertemente en la decisión de viaje de los argentinos.

El efecto de la devaluación, que dijeron iba a resultar beneficioso para la llegada de turismo internacional resultó siendo contraproducente en términos de ingreso de dólares por turismo. Según datos de la balanza de pagos del INDEC en el segundo semestre de 2018 se registró una caída interanual de 1,6 en el ingreso de dólares por turismo, tendencia que se acentuó a comienzos de 2019 con una caída durante el primer trimestre del año del 10,7 %.El gasto en dólares de los turistas que ingresaron por EZE y AEP durante el primer trimestre del año disminuyó un 11,8% en términos interanuales según datos de la ETI y si lo comparamos con 2011 la caída fue del 18%.

Solo durante 2017 y 2018 y de acuerdo a cifras oficiales el déficit de la balanza turística fue de 12 mil millones de dólares.

En lo referido al turismo interno, durante la gestión de Santos tuvo un impacto redistributivo regresivo. Disminución de las pernoctaciones, impacto negativo en el empleo directo con caídas de más del 5%,cierres de agencias, la mayor disminución desde la crisis 2001-2002 y pérdida de establecimientos hoteleros y gastronómicos fueron algunas de las graves consecuencias de las políticas aplicadas.

Cambio de rango del Ministerio, su pase a Secretaría se vió reflejado en la ejecución presupuestaria y en la asignación de fondos propios para la ejecución de planes y programas de promoción y desarrollo.

Estas medidas implicaron un retroceso sumamente grave en lo logrado hasta el año 2015. Pérdida de mercado interno e internacional, brutal desequilibrio en la balanza turística,total abandono de programas y equipamiento destinados al turismo social y desarrollo de la oferta turística entre muchas otras.

El INPROTUR tuvo que realizar sus acciones de promoción con un presupuesto año a año significativamente menor, reduciéndose su participación y realización de eventos, seminarios e implementación de estrategias innovadoras a más de la mitad en comparación a gestiones anteriores.

Paralelamente fue implementada una política aerocomercial en total detrimento de la empresa estatal Aerolíneas Argentinas. El proceso de recuperación de la línea aérea nacional que se había dado luego de
2009 se vio fuertemente revertido. La llamada “revolución de aviones” no fue otra cosa que una maniobra para debilitar la aerolínea con el objetivo de quitarle mercado y entregárselo a empresas “low cost”
creadas entre gallos y medianoches sin respaldo económico ni técnico, a través de dadivosas y poco claras concesiones de rutas y espacios como el Aeropuerto Internacional El Palomar. Todo esto redujo la calidad y cantidad de conexiones y vuelos de la aerolínea de bandera, dejando localidades del interior del país sin acceso al transporte aéreo o teniendo que realizar combinaciones que incrementaron costos operativos y repercutieron en mayores precios para los viajantes. Para los trabajadores aerocomerciales, significó una precarización de las condiciones laborales del sector.

En materia de turismo social, los recursos asignados fueron reducidos a más de la mitad, ocasionando la virtual desarticulación de las políticas que lo sustentaban. La cantidad de turistas sociales se redujo más del 70%, pasando de 200 mil a poco más de 60 mil los beneficiarios. Los complejos de Embalse (UTE) y Chapadmalal (UTCH) destinados a la atención de esta demanda quedaron desatendidos. El cierre de los hoteles estatales que integraban UTE (quedaron operativos solo las unidades 1, 2 y 5) y UTCH (quedaron operativos solo las unidades 2, 4 y 7), sumado a los bajos niveles de ocupación, generó que seis de cada diez empleos que dependían del turismo social desaparecieran.

A la desarticulación del turismo social se suman otras medidas que también afectaron el acceso al turismo de los residentes argentinos. Entre estas se destaca la eliminación de los feriados puente o con fines turísticos.

Entre las políticas sectoriales que se desfinanciaron o desarticularon, cabe agregar también la interrupción del Plan Federal Estratégico de Turismo Sustentable, sancionado e institucionalizado por la Ley de Turismo Nº 25.997. Dicho plan había creado un modelo de toma de decisiones más democratico, federal y participativo.

Con la implementación del “Plan Nacional de Turismo 2016-2019” del entonces Ministro Gustavo Santos, fueron cercenadas las instancias de participación creadas por el anterior plan.

Respecto del turismo receptivo, como principal factor del escaso aumento de ingreso de turistas se destacan las sucesivas devaluaciones de nuestra moneda nacional que registraron un aumento acumulativo fenomenal del 550% entre 2015 y 2019, generando un crecimiento receptivo por el descalabro cambiario e impositivo más que por una política turística exitosa, que nos convirtió en un destino marginalmente atractivo, pero que no logró mejorar el déficit en la balanza turística sino que aumentó considerablemente.
La liberación del tipo de cambio y la eliminación del impuesto a los viajes al exterior generó un fuerte impacto en la balanza de pagos y endeudamiento externo. Se implementaron además medidas a expensas de otras áreas, como el reintegro del IVA en alojamiento para visitantes extranjeros, la eliminación de la tasa de reciprocidad para mercados turísticos prioritarios y la implementación de visas electrónicas.

Las políticas del gobierno de Mauricio Macri y su gabinete fueron devastadoras. Datos oficiales de AFIP sobre registro de empleadores concluyen que cerraron más de 24.537 empresas de todos los rubros, de las cuales el 91% tenían hasta 10 empleados. Datos oficiales del Ministerio de Turismo y Deportes indican que sólo en 2019 dieron de baja su legajo 182 agencias de turismo (83 casas matrices y 99
sucursales).

A esta calamidad de pérdida de trabajo en el sector, se suman aumentos generales de precios de más del 300%. Estas condiciones de aumento de desempleo, inflación, devaluación récord y caída del salario real degradaron considerablemente la calidad de vida de los argentinos que se vieron obligados a reorganizar sus gastos, aquellos que pudieron conservar sus trabajos.

En este marco, y en línea con la caída de políticas de fomento del turismo nacional, durante esta etapa el disfrute de las prácticas turísticas se convirtió en un lujo.

La estrepitosa caída del 24% del PBI a precios actuales, desde 2015 a 2019 de acuerdo a datos oficiales del Banco Mundial, fue acompañada por una caída del turismo nacional, que se volvió más minoritario y desigual. Mientras que una minoría, un escaso 8% en términos poblacionales, aumentó sus salidas al exterior, la mayoría dejaron de hacer turismo.

Esto se evidencia en los destinos turísticos populares como Mar del Plata, el balneario emblema del turismo nacional, que cerró el año 2019 con una caída de dos dígitos motorizada por una retracción de las políticas sectoriales, en especial las vinculadas al turismo nacional, aun cuando es el gran dinamizador del turismo en Argentina.

Este mayor peso que adquiere el turismo internacional por sobre la demanda nacional evidencia el abandono de un patrón turístico más independiente por otro que genera una mayor dependencia externa, como quedó demostrado en diferentes momentos de la historia.

Por todos los motivos expuestos para el desarrollo turístico de nuestro país tanto a nivel regional como mundial, por la importancia que esta actividad genera en nuestra economía nacional, consideramos oportuno y necesario que el Poder Ejecutivo a través del Ministro de Turismo de la Nación, exprese su opinión ante este nombramiento.

Creemos que la designación del Diputado Santos al frente de la Comisión Regional para las Américas generará un impacto sumamente negativo para el desarrollo turístico de nuestro país y de toda la región- concluye.